El gato por naturaleza es muy selectivo con su comida, y es un animal de hábitos y costumbres. Los gatos no suelen comer cualquier cosa que encuentren en el suelo o en la basura como los perros, por lo mismo es menos común que sufran de intoxicaciones por ingestión de algún material extraño.
Para empezar y asegurar un futuro más simple con nuestro gato, desde muy pequeño debemos acostumbrarlo a comer diferentes tipos de comida, ya sea alimento en lata o alimentos peletizados y de diferentes sabores. Si desde muy pequeños los acostumbramos a comer comida con sabor a pollo, pescado, carne o demás sabores, cuando tengamos que cambiar el alimento por necesidad ó por salud, ya no será una tortura ni para el gato ni para nosotros. Los gatos a edad avanzada no aceptan fácilmente comidas que no hayan probado de pequeños.
El cambio de alimento:
Por regla general cualquier cambio de comida debe realizarse de manera gradual. Esto significa, que por un periodo de al menos 1 semana debemos ofrecerle ambos alimentos juntos, si nuestro gato come 60 grs. al día el primer día le brindaremos 50 grs. del alimento anterior y 10 grs del alimento nuevo, el segundo día 40/20., el tercero 30/30 y al terminar la semana estará comiendo solo el alimento nuevo. Esto es necesario para permitir que su flora intestinal tenga tiempo de adecuarse al alimento nuevo que podría tener una composición nutricional diferente al anterior.
Si cambiamos de golpe la comida nos arriesgamos a generarle un estrés innecesario (los gatos son muy sensibles al estrés); a que rechace completamente la nueva comida por no estar acostumbrado a ella o en su defecto a que consuma el nuevo alimento pero le produzca algunos malestares estomacales, como vómitos o heces blandas. Cabe resaltar que los gatos son muy sensibles a periodos largos de anorexia (no comer), su metabolismo requiere que ingieran alimentos con mucha frecuencia y no en gran volumen como un perro. Si un gato no come nada en 48 horas empiezan a aparecer alteraciones hepáticas que pueden afectar su salud.
Diferencia entre el alimento para Perro y el alimento para Gato:
El perro en el proceso de domesticación ha evolucionado a ser un animal omnívoro, es decir, su dieta incluye carnes, granos, verduras, grasas, etc. En cambio, el felino es un animal netamente carnívoro o un carnívoro estricto, es decir, su dieta principal es a base de carnes y grasas. El metabolismo del felino es muy especial ya que recibe muchos aminoácidos esenciales de su dieta y su organismo no se ha adaptado para producirlos, por ejemplo la taurina y la vitamina A, entre otras. Otro ejemplo es que los gatos requieren 2-3 veces más proteínas que un perro.
Por esta condición particular del felino, la composición de un alimento para gatos es muy diferente a la de los perros, por ejemplo, el alimentos para gatos contiene altos niveles de proteínas y grasas y bajos niveles de carbohidratos y la comida de los perros tiene niveles más equitativos entre proteínas, grasas y carbohidratos. Esta diferencia en la composición hace que el alimento felino resulte más palatable que el alimento canino, puede sentirse un poco más grasoso al tacto y con un olor algo más fuerte.
Si quieres elegir el mejor alimento para tu mascota, no dudes en consultar a tu veterinario que productos recomienda.
